El 15 de junio, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) de Perú anunció que Pedro Castillo, del partido de izquierda Perú Libre ganó las elecciones presidenciales después de que todos los registros electorales se hubieran contado en la segunda vuelta. ¿Cómo se las arregló el maestro de escuela para llegar a la prominencia y cómo podría cambiar el rostro del Perú?
A principios de este mes, el candidato presidencial peruano Pedro Castillo superó a su competidora de derecha Keiko Fujimori de Fuerza Popular en la segunda vuelta por un estrecho margen de 0,28 por ciento . Sin embargo, Fujimori se niega a ceder. A raíz de la segunda vuelta solicitó al Tribunal Nacional Electoral (JNE) la nulidad de los resultados en 802 mesas electorales, lo que equivale a 200.000 votos .
¿Qué hay detrás del fenómeno de Castillo?
Durante la primera vuelta de las elecciones presidenciales, José Pedro Castillo Terrones, maestro de escuela, líder sindical y político, pasó completamente desapercibido para la mayoría de los medios de comunicación, analistas y científicos sociales, dice Carlos Mamani Aliaga, sociólogo y analista peruano de Proyecto Patria, un Organización política de Cajamarca.
Al comentar sobre el fenómeno de Castillo, el sociólogo peruano llama la atención sobre la profunda división entre la capital del país y las provincias. Las tierras altas del centro-sur y el este del Amazonas difieren mucho de que la ciudad capital de Lima, que es una especie de “mundo paralelo“, según él. Si bien Lima, que representa un enorme 30 por ciento de la población del país, es claramente “adversa” a Castillo, que es muy popular en las provincias.
“Su imagen de provinciano humilde ha logrado resonar en millones de peruanos del interior que se identifican plenamente con su discurso provincial, nacional y popular”, señala Mamani, describiendo a Castillo como un “conservador revolucionario” al estilo peruano con “un impulso por la justicia social”.
Según el analista Mamani, Castillo “ha logrado captar el inconsciente colectivo peruano” que en términos generales siempre ha sido “culturalmente conservador“, pro-familia y pro-vida y no tiene nada que ver ni con el progresismo de izquierda globalista ni con el progresismo de derecha conservador y elitista.
El quiebre del modelo neoliberal en Perú
Una vez que asuma el cargo el 28 de julio, Castillo tendrá que gobernar un país extremadamente dividido, enfatiza Mamani, y agregó, sin embargo, que cualquier otro presidente, incluida Keiko Fujimori, habría enfrentado un panorama similar.
El mayor obstáculo del presidente electo será poner fin a un largo período de inestabilidad política e institucional en el país. El año pasado, Perú vio a tres presidentes en solo un mes, mientras que algunos de sus predecesores enfrentaron cargos de corrupción.
“Vivimos en un estado permanente de crisis política fundamentalmente asociado a la plaga de la corrupción que, año tras año, desangra al Pueblo” dice Mamani.
Si bien Perú va a celebrar el 28 de julio su bicentenario de la independencia, el país ha sufrido inestabilidad política, división y luchas sociales y económicas, con profundos desequilibrios demográfico-territoriales durante casi dos siglos, según el sociólogo.
La implementación del modelo económico neoliberal en las últimas tres décadas ha demostrado ser ineficaz y agravó aún más las cosas, dice Mamani. Según él, el Perú se ha convertido en un mero proveedor de materias primas, mientras que se han impedido iniciativas encaminadas a lanzar proyectos industriales soberanos que empleen los recursos estratégicos del país como cobre, litio, etc.
- “No puede haber soberanía política sin soberanía económica, y esto nunca será posible ni cierto sin un proyecto industrial claro, que nos saque de la periferia del mundo y nos permita ser lo que realmente deberíamos ser: un país poderoso”insiste el analista.
Sin embargo, es poco probable que Castillo lleve a cabo una transformación económica de esa magnitud, según Mamani. Por un lado, cree que los globalistas progresistas de derecha y de extrema izquierda en el entorno del presidente electo podrían obstaculizar tales intentos.
Por otro lado, una fuerte oposición del Congreso de la República del Perú, así como de las Fuerzas Armadas (y especialmente de la Armada), podría socavar la agenda reformista de Castillo, dice el sociólogo, refiriéndose a las especulaciones sobre un posible golpe de Estado.
Las posibilidades de Fujimori de revertir la victoria de Castillo
Mientras tanto, la rival política de Castillo, Keiko Fujimori, está luchando con uñas y dientes para revisar los resultados de las elecciones presidenciales.
“Sorprendentemente, poco antes de las elecciones, prácticamente todos los medios liberales-progresistas fueron abiertamente críticos con el fujimorismo, pero una vez en medio de la contienda electoral, paradójicamente cambiaron su apoyo a Keiko Fujimori al iniciar una campaña de demolición de medios contra el profesor Castillo” dice Carlos Mamani Aliaga.
Mientras tanto, perder obviamente no es una opción para Fujimori dado que una serie de demandas por supuestos casos de corrupción la persiguen, señala el analista peruano. Si pierde, podría enfrentar más de 30 años de cárcel por tomar dinero de la empresa brasileña Odebrecht para financiar sus fallidas candidaturas presidenciales en 2011 y 2016.
Las tensiones están aumentando en Perú debido a que los partidarios de Fujimori de extrema derecha se niegan a aceptar la derrota electoral.
Por lo tanto, está jugando sus últimas cartas al presentar demandas por supuestas irregularidades electorales . Además de esto, Keiko Fujimori todavía cuenta con el apoyo de los medios de comunicación, las Fuerzas Armadas y los sectores comerciales tradicionales de exportación primaria.
No está claro cómo se desarrollará la situación, pero es muy probable que, por mucho que Keiko Fujimori intente desafiar los votos, Castillo sea presidente, sugiere Mamani.
Sin embargo, podría haber una baza en la manga de Fujimori, según el sociólogo: Fujimori puede intentar retrasar el triunfo de Castillo hasta el 28 de julio. Si no hay un ganador claro ese día, uno de los congresistas puede convocar a nuevas elecciones.
“De ser así, Keiko Fujimori cumpliría plenamente con la siguiente expresión: ‘Si la presidencia no es mía, no será de Castillo'”, concluye Mamani.
https://sputniknews.com/latam/202106181083184584-how-failure-of-perus-neoliberal-model–need-for-industrial-growth-created-castillos-phenomenon/